Este préstamo fue gestionado por el ministro Sergio Massa con las autoridades del BID, entidad que considera a la Argentina como “un socio clave”. En este sentido, a los 700 millones de dólares ya desembolsados se suman estos 500 millones aprobados por el Directorio.
Los fondos ingresan en un momento clave, dado que en diciembre el país debe cumplir con la meta de acumulación de reservas comprometida ante el Fondo Monetario Internacional.
El titular del Palacio de Hacienda estableció como prioridad la recomposición de las reservas del BCRA. En este sentido, no sólo se realizaron gestiones con los organismos multilaterales de crédito, sino que también se tomaron medidas específicas.
La última fue la fijación de un tipo de cambio especial para las exportaciones de soja, de 230 pesos que regirá hasta fin de año. En las dos primeras ruedas desde la adopción de la resolución se registraron liquidaciones por más de 300 millones de dólares.
La línea ahora otorgada por el BID consiste en un crédito basado en políticas. Al respecto, se establece que “el país prestatario debe contar con un marco de política macroeconómica sólido, según lo determine una evaluación independiente de las condiciones macroeconómicas elaboradas por el BID”.
Con este préstamo, el país suma fondos en forma inmediata, como sucedió con los 700 millones de dólares que destrabó Massa semanas atrás para “la cobertura de necesidades de financiamiento de corto plazo, así como para proteger el gasto social a grupos vulnerables y en infraestructura, mientras se implementan reformas para reducir el déficit público, promover la estabilidad de los precios y asegurar la sostenibilidad de la deuda”.