El radicalismo tucumano enfrenta por estos días una crisis interna marcada por acusaciones cruzadas y divisiones. Esta mañana, en LA GACETA Central, José Cano apuntó directamente a Mariano Campero como responsable de las fracturas y actitudes que -según dijo- «han perjudicado la unidad dentro de la organización».
El legislador manifestó su descontento con las decisiones tomadas por el ex intendente de Yerba Buena, describiéndolas como «intempestivas, inmaduras y absolutamente compulsivas».
Señaló que la reciente decisión de Campero, quien no asistió a la convención del partido para expresar su opinión, fue una muestra de su «poco sentido de pertenencia al radicalismo».
En sus declaraciones, Cano también criticó a Campero por su alineamiento con Patricia Bullrich. A pesar de mantener una relación cordial con el ex jefe municipal, con quien compartió reuniones y discusiones políticas, el legislador cuestionó la coherencia de sus decisiones.
Recordó un episodio de 2021, cuando Campero intentó formar una nueva fuerza en Tucumán junto a Ricardo Bussi, lo cual terminó en un conflicto abierto. «Una persona que está dispuesta a asumir un cargo con Javier Milei no puede ser presidente del partido», enfatizó, refiriéndose también a un posible nombramiento de Sebastián Salazar como titular regional de Anses.
El líder radical también mencionó el bajo desempeño electoral de algunos dirigentes, incluida Silvia Elías de Pérez, la más votada en la capital, y Campero, quien quedó tercero en el Oeste. Además, cuestionó la falta de resultados en las recientes elecciones, en las que no lograron ganar ninguna comuna ni obtener una representación significativa en la Legislatura. «La renovación existe de hecho, uno de los grandes propulsores de ello he sido yo», afirmó Cano.
Por último, Cano no escatimó críticas a la gestión interna del partido y al estado del país. Habló sobre la crisis económica y social que atraviesa Argentina, donde destacó la falta de soluciones efectivas. «En la Casa de Gobierno deben estar festejando», lamentó, refiriéndose a la percepción de que la oposición radical no está a la altura de los desafíos actuales.
Concluyó señalando que «no se va a resolver la desocupación ni el narcotráfico con una reforma constitucional», cuestionando las propuestas de algunos sectores políticos.