La primera escala del impuesto tiene una alícuota del 20%. En tanto, la segunda escala -que tiene una alícuota del el 35%- se aplica a los modelos que tiene un precio de salida de fábrica de $10.881.162,65 (que representa unos $15,5 millones de precio de venta al público).
Estos montos estarán vigentes hasta agosto de 2023, cuando se realizará un nuevo ajuste trimestral. La modificación de los montos a partir del cual se comienza a tributar este gravamen corresponde al ajuste de los precios mayoristas de los vehículos durante el trimestre anterior.
Al nuevo valor de la base imponible, de $5.893.963,10, luego hay que sumarle el IVA (21%) y el margen de comisión de la red comercial (15%). Por eso, según los tributaristas, la alícuota del 20% del impuesto al “lujo” se debe entender como un impuesto sobre el impuesto, hace que el aumento sobre el valor del vehículo corresponda al 25 por ciento.
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Al realizar esta cuenta, el resultado es un valor que, si bien no es fijo, ronda los $8,2 millones. Los autos alcanzados por esta primera escala pertenecen a las gamas medias: si se toma el dólar informal, se trata de los vehículos cuyo precio al público supere aproximadamente los USD 16.600.
Por este impuesto, algunas empresas automotrices ponen un “tope” a los valores de lista de los automóviles para que determinados modelos no deban tributar la alícuota del 20% sobre el valor de salida de fábrica.
Algunos modelos cuyos precios oficiales quedaron por debajo del monto de la base imponible son Chevrolet Onix 1.2 MT LS (90cv) de $5,5 millones; Citroën C3 1.2 de $5,3 millones; Fiat Cronos 1.3 de $5,4 millones; Ford EcoSport 1.5 SE MT de $5,6 millones; entre otros. Con todo, estos precios estaban vigentes a mediados de mes y la expectativa del sector es que a partir de la actualización de la base imponible los modelos “topeados” que hoy están por debajo de ese monto puedan tener un incremento.
Por eso para saber con certeza qué modelos quedan alcanzados por el impuesto hay que esperar a los primeros días del mes próximo cuando las automotrices oficialicen sus nuevos precios.
“Actualmente los automóviles tienen un componente impositivo altísimo en la Argentina -advirtió Sebastián Domínguez, socio de SDC Asesores Tributarios- y este impuesto hace que sea muy difícil acceder a un auto, ya sea 0 km o usado, porque si aumenta el precio de los nuevos, también lo hacen los de segunda mano”.
“El impuesto al lujo funciona como un impuesto que se aplica sobre el mismo impuesto, esto es así porque así lo define la ley, es decir que la alícuota 20% del primer segmento, se aplica sobre el precio de salida de fábrica y sobre el propio veinte por ciento, dando como resultado un incremento del 25%; en cuando al segundo tramo, el que corresponde a los autos de alta gama, es del 35%, lo que equivale a una suba del 53,85 por ciento”, explicó Domínguez.
AFIP cambió un impuesto para la compraventa de autos y motos (lv12.com.ar)